martes, 23 de febrero de 2010

Del arcón de los recuerdos: Escritos del tiempo...


Es un día gris, de esos tan comunes cuando en la Tierra suele llover...

El sol está pero no se lo puede ver, aunque por instantes asoma sus fulgurosos rayos dorados a la faz del planeta.
Los pájaros no trinan ni cantan, tan sólo habitan en las frondosas copas de los árboles resguardándose de los débiles cristales de la lluvia.
Es un día gris, de esos tan comunes cuando en la Tierra suele llover...
Trato de ver al sol escondido en mi corazón, pero no quiere salir porque está lloviendo.
Los pájaros tampoco responden a mi llamado; están ahí quietos, muy quietos, no cantan; quizás estén dormidos.
Trato de decirles a los recuerdos que no aparezcan, pero ellos no obedecen. Brotan por las heridas de mi corazón al igual que la rojiza lava que emerge del cráter de un volcán. Les digo: No! Por favor no salgan! Pero ellos parecen estar sordos y siguen aflorando, y se elevan como el suave humo de un cigarrillo... Y siguen apareciendo uno de otros en pos, y no cesan.
Palabras, caricias, miradas, suspiros, besos... Todo tan confuso... Y tu rostro, el que tantas veces me miró, que tantas veces se apoyó en mi hombro, que tantas veces me dijo: "te quiero". Y ahora lo veo tan lejano, perdiéndose en el infinito...
En mis oídos aún susurra tu voz; en mis ojos aú perdura tu mirada; en mis labios tus besos; en mi cara tus caricias... Pero esas sensaciones son cada vez más débiles con el paso del tiempo, ya están deformes, ya son fantasmas del pasado. De un pasado feliz...
Pensé que los sentimientos perduraban, que el "amor era eterno"; pero no! Ahora sé que no son eternos, que duran tan sólo un efímero instante... El amor ya no es amor, y entonces me pregunto: qué es?
Hace un año atrás, un día como hoy había sido en mi vida uno de esos días muy especiales. Por primera vez nos prometimos mutuamente querernos; pero vos dijiste que aquello que sentíamos no lo podíamos llamar "amor"; y aún sigo sin saber por qué...
Ya pasó un año y a mí me parece todavía que fue ayer... Si pudiera volver al pasado, si pudiera ser hoy "esa noche", qué feliz sería! Pero no, la vida no se detiene en el ayer, continua con su paso mortal arrastrándonos hacia la muerte... Si pudiéramos congelar el pasado y volverlo al presente, qué lindo sería!
Si pudiera volver al pasado, cuantas veces te diría: te quiero! Por qué desperdicié esa oportunidad? Vos lo esperabas, pero yo no lo decía. Si tan sólo esta noche pudiera decírtelo a los ojos...
Pero sólo te tengo en recuerdos que aparecen como ecos de un pasado lejano, que chocan y rebotan en las paredes de mi corazón una y otra vez... Ahora sólo te tengo en sueños y en fotos, y pensar que antes entre mis brazos...
No sé lo que será hoy de tu vida; quizás tu corazón pertenezca a otra persona, dichosa de ella! Dichosos sus ojos que te miran, sus labios que te besan, sus manos que te acarician...
"El amor es un acto libre", alguna vez me dijeron; por eso hoy estoy acá en lugar de estar a tu lado. Estoy acá sufriendo y destrozándome por dentro... Mi corazón te llama una y otra vez, mis manos y mis labios... Pero vos no contestás, estás muy lejos... Fue tu decisión el que estemos separados y la respeto.
Es un día gris, de esos tan comunes cuando en la Tierra suele llover...
Vos allá muy lejos; yo acá en mi habitación, pensando quizás el uno en el otro, recordando el pasado que ya no vuelve, amándonos quizás en silencio pensando que el uno ya se olvidó del otro...
Sola en mi habitación tratando de palpar con mis manos tu rostro valiéndome tan sólo de un recuerdo; y mi corazón que late fuerte y con gritos sordos y desesperados te dice: Por favor volvé, no me dejes sola!
Es un día gris, de esos tan comunes cuando en la Tierra suele llover...
Nota: este escrito lo rescaté del arcón de los recuerdos, está fechado en el año '85, cuando apenas era una adolescente. Cuánta agua bajo el puente pasó después de esta historia. El corazón aún estaba virgen de sentimientos, no sabía de traiciones, de angustias, de historias tristes como me fueron ocurriendo en el transcurso de mi vida. Daría cualquier cosa por poder volver a sentir el amor de esta forma, pero las sucesivas heridas a través del tiempo ya se hicieron cayos, y mi corazón ya no tiene la sensibilidad ni la frescura de antes, la de aquella época. El convertirnos en adultos hizo que perdiéramos la inocencia de una época ya no vuelve más...
Esta historia que me ocurrió es verdadera, tiene nombre y apellido, y aunque no aparezcan en ella, todavía me acuerdo de aquel amor...

2 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Que cosa agridulce!

Porque en aquellas èpocas, uno se querìa matar! Pero ahora, hasta es un recuerdo grato.

"Flores con espinas,/dirìa un poeta,/cosas de la vida, dirìa un anciano,/y yo digo, con saber gitano,/ que son, tan solo, penas."


Te dejo un abrazo.

Roxana dijo...

Gaucho! Tenés toda la razón del mundo. Muy sabio lo tuyo!
Cariños